El espejo de tus reproches

 

 

"Acepta tus errores con humildad y lucha hasta que no puedas más", me aconsejó mi mejor amiga una vez que le rompí el corazón a la persona que más amaba.

Pasó el tiempo y di todo de mí. Le pedí prestado a la vida y terminé entregando más de lo que tenía, tanto que no dejé nada para mí. Se intentó una y otra vez, ignorando mi intuición, porque la culpa de mis errores pesaba más que la idea de que me podías lastimar.

Años después, ya no había espacio para seguir intentándolo y todo acabó. Descubrí que todos esos reproches, esos recordatorios de mis errores, la desconfianza, todo eso era un reflejo de lo que hacías.

De este golpe aprendí que todo reclamo de terceros, familia, amigos y/o pareja viene de una incomodidad interna, de algo que les molesta de ellos mismos y les detonan sus propias inseguridades. Escucha tu cuerpo, escucha tu pecho, tu corazón y sobre todo tu intuición. Nadie te va a cuidar mejor que ella. Nadie vela por ti tanto como tu intuición.

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