Primer Capítulo: Cuando me enamoré

Primer Capítulo: Cuando me enamoré

Y ASi EMPEZAMOS

Esta es la clásica historia de cómo alguien se enamora profundamente de otra persona. El amor brilla como un diamante, o al menos eso diría Rihanna, pero no en este caso. La diferencia aquí es... Amarás a ambos personajes tanto como los odiarás, y luego (esperando que me apoyes al final) odiarás a la tercera persona, la no deseada, el Voldemort, la Dolores Umbridge, el tipo de personaje como Emily de *Friends*. Diría que Madison Shepherd en algún momento, pero yo, particularmente, terminé amando tanto a ese personaje que ya no la veo como una mala referencia. Y esta persona... Esta persona es demasiado, ni siquiera merece ser comparada con Madison. Si no entiendes ninguna de estas referencias, ten paciencia; haré muchas a lo largo de esta historia.

Es mi historia de cómo pasé de que me encantaran los chicos a enamorarme desenfrenadamente de una chica, tanto que ahora estoy en el agujero negro más profundo que jamás podría haber cavado. Diré desde el principio que, en su mayoría, es mi responsabilidad por haber ignorado todas las señales de alerta, incluidas las mías. Pero tiene un final feliz, sea lo que sea que eso signifique para ti.

Para muchos será el final ideal, para otros, inesperado, y para algunos, el incorrecto. Pero, al final, el amor no tiene fórmula alguna, y el momento en el que tu corazón y tu mente están en sintonía es cuando verdaderamente has sanado y estás listo para lo que sigue. No digo que haya que estar completamente sanos para poder entrar en una relación, porque, al final del día, el camino es constante. Todos los días seremos una mejor versión de nosotros mismos; algunos días, quizás demos pasos hacia atrás, pero es un aprendizaje continuo. Solo se trata de poder compartir ese proceso con otra persona sin interferir mutuamente.

1.0

Razones para que me quieras

- Soy imperfecta.

- He cometido muchos errores y asumo responsabilidad por ellos, poniéndome en la línea para que me odies, porque honestamente, yo también lo haría.

- Soy una romántica empedernida (algo así como Ted en How I Met Your Mother).

- No me doy por vencida.

- No me rendí, pero decidí amarme a mí misma.

- Terminé siendo una chica “pick-me” y por pura picardía, “ámame”. (Es broma, ya volveremos a este punto más adelante).

Razones para amarla a ella

- Parece perfecta, pero no lo es.

- Es la chica soñada para cualquier otra chica (porque no puedo hablar por los chicos).

- Tiene la habilidad de transmitirte calma, incluso cuando su mundo es un caos.

- Ama a su familia incondicionalmente.

- Es brutalmente honesta, al punto de que hiere.

- Sonríe en los momentos más inesperdos, y quien presencia su sonrisa entiende lo perfecta que es.

- Me amó profundamente (también volveremos a este punto más adelante).

Tercera persona (Dolores)

También conocida como Voldemort, Dolores Umbridge, Emily (definitivamente NO Madison Shepherd):

- Aquí no hay nada que amar.

Deja de pensar que puede haber razones para amarla; se supone que debes estar de mi lado. Al menos por ahora. Luego puedes saltar de un lado a otro, pero NUNCA a Dolores, este no es el tipo de historias en la que con los años encuentras empatía al villano como en Joker, o la madrastra amargada de Cenicienta.

NOViEMBRE 11, 2019

Era el día ideal para cualquier escritor, un evento de firma de libros en la tienda Book Soup en Los Ángeles. Un gran sueño se hizo realidad esa noche, pero no sabía que iba a conocer al amor de mi vida. Estaba leyendo citas de mi historia favorita, la historia que me hizo ser quien soy hoy. ¿Alguna vez has escuchado a alguien decir cuánto se ama a sí mismo sin pensar, “Wow, esta persona tiene un ego”? Quiero decir que en ese momento me amaba mucho a mí misma. Lo tenía todo: grandes proyectos, amigos cercanos en los que confiaba con mi vida, una carrera “en buen camino” como escritora, y estaba guapa y soltera. Pero no porque tuviera problemas de compromiso o fuera emocionalmente inaccesible; simplemente no había chicos lo suficientemente buenos en mi camino. Era el momento de enfocarme, y punto. O al menos eso pensaba esa noche antes de conocerla.

8.09 pm

Terminé de leer una página que dediqué a mi mamá en mi libro La Vida Sigue; punto y coma, y la gente se formó en fila, empecé a firmar libros, a hablar con las personas que asistieron, amigos, amigos de mis amigos, y algunos amantes de los libros que se pasaron por la librería esa noche y decidieron quedarse para conocer un poco mas de mi libro; pero en su mayoría eran amigos y conocidos, a quienes estoy más que agradecida por el apoyo de esa noche. Y entonces se me acercó esta chica hermosa, de ojos tan oscuros como la noche, con su esposa... SÍ, su esposa. En este punto ella está casada.

La vi y no tenía ni idea de que se convertiría en la chica de mis sueños, mi pesadilla actual, pero si me preguntas en unos meses, tal vez siga siendo la chica de mis sueños, y debería simplemente quedarse ahí, porque esta vívida y dolorosa pesadilla me tiene escribiendo esto, y tengo la sensación de que mi ansiedad te está alcanzando, pero mantente firme, te prometo que se pone muy, muy bueno.

Sabía quién era Dolores (vamos a bautizarla Dolores). La conocí en un evento donde teníamos amigos en común. Me habló de su esposa, Amelia, pero dado que nunca había conocido a esa persona ni podía sentirme identificada con su historia de estar con una chica, no me importó mucho en ese momento. Solo pensé: qué bien, me alegro por ti. Soy introvertida cuando se trata de conocer gente nueva, así que cuando se abrió conmigo, no supe muy bien cómo reaccionar, pero fui amable. Le di un aventón a su casa, y fue cuando me compartió sobre su vida romántica, ya luego no la volví a ver. Teníamos amigos en común, pero eso era todo. Luego sucedió el evento del libro, vino con Amelia, la reconocí y conecté los puntos.

—¿Es tu novia?—pregunté con una gran sonrisa.

—Sí, es ella,—respondió, feliz.

—Hola, soy Amelia,—se presentó mientras nos acomodamos para tomar una foto juntas.

—Mucho gusto, gracias por venir,—dije en el incómodo momento del saludo. Luego las abracé a ambas, firmé libros y continué con el resto de la fila.

Comentario al azar: Mi mamá abrazó a Amelia, solo a Amelia esa noche, así sin más ni menos. No tenía idea de quién era. Simplemente se abrazaron, y mi mamá le agradeció por venir. Ni mi madre ni yo sabíamos quién era, mucho menos quién iba a llegar a ser.

La noche pasó, salimos a cenar con mis amigos más cercanos, y todo resultó hermoso. Me fui a casa con mi mamá y mis amigos, y no volví a pensar en Amelia.

Back to blog